La mesa esta puesta, la música suena y las cervezas sudan como vestidas de novia, lo primero es analizar el perímetro del lugar, para saber donde no tropezarte, donde no tocar y donde vomitar, luego hay un silencio obligatorio hasta que alguien propone el tema; política, deporte, religión , sexo; son los preferidos como siempre, uno es mas experto que otro en los tema, las bielas están haciendo su trabajo y la noche recién comienza.
Luego todos los problemas, se ponen en la palestra, como talk show todos se creen capaces de resolver la situación, aunque todos tienen sus problemas, no importa eso, todos aportan para la conversación, luego llegan las llamadas, las conversaciones de PIN y todos agachan la cabeza y la conversación carece de sentido y los celulares ocupan el puesto de los bebedores, es cabreante lo se por que también lo hice, estoy mas ebrio que cuando inicie.
El comentario es, quien caerá primero? que el otro, y como una especie de competencia olímpica, nadie quiere ceder, las cervezas siguen llegando y yo tengo menos neuronas sobrias en mi cabeza, gracias a la tecnología puedo escribir esto, no les miento cuando les digo que acabo de ver una pelea entre quien se quiso ir y quien no lo dejo, es gracioso porque segundos después el abrazo prosigue a la discusión ya creo que toca irme.
Entonces propuse mi salida, pero como esperaba, la noche y mis amigos no me iban a dejar ir, estoy escribiendo mis ultimas guevadas, mis panas acuerdan las fechas posteriores para volver a la chupa, pero necesito cerrar o terminan con mis dedos, no me critiquen, ni si quiere se espanten, en algún momento ustedes hicieron los mismo solo que no tenían la tecnología, no le permitía a ustedes, salud y hasta las cinco.
