No soy partícipe de los que dicen que usamos caretas para
disfrazar nuestras emociones, deseos, temores y odios; creo que lo que hacemos
es dibujar en nuestro rostro lo que nos convenga de acuerdo a las situaciones
que se nos presentan, y demostrar que no
somos capaces en la mayoría de veces, afrontar nuestra realidad con nuestra
cara original.
Como uno de esos pequeños puesto de mall, la vida se
convierte en una profesional del arte y nos pintarrajea la cara con sus
variados diseños; esta la más popular o la más berreada, la del mentiroso,
ocioso, descarada; que siempre miente
para ocultar su ineficacia en el lugar de trabajo, aquella que utiliza la sonrisa cojuda, para
desviar su estupidez como persona y que nunca te mira a los ojos por miedo de
que se le revienten de la vergüenza que ocultan.
Encontramos la sufrida, la que busca en otras caras la compasión
y la pena, esta cara es usada frecuentemente por personas realmente
acabadas, personas a las cuales hace
rato su vida dejo de ser interesante, pero que siguen firme ante la adversidad
o tal vez hasta que se le caiga la pintura, su cara no muestra gran diferencia
entre la que oculta y la que muestra, su vida ya está cagada
Pero también hay caras de alegrías, la de la gente que decidió
hacer lo que le gusta, desde hacer música
de julio Jaramillo en versión rock al estilo de rata blanca subido en bus,
hasta escribir mal y con un sentido surrealista, todo lo real que se ve la vida en un blog, como yo, estas caras son criticadas, ignoradas y hasta rechazadas, todos los que tienen esta cara, ocultan casi siempre una tristeza.
Las caras de mi lindas de mi gente pobre, es la frase de una
canción, para mi es la mejor de las caras que nos puede pintar la vida, no se
preocupan de que le roben, porque no tienen nada, si tienen dos o tres dientes
para masticar lo que es nutritivo: vida una vez al día, y nadie se ríe de ellos
porque, hace rato ellos se han reído de todos, hace rato se rieron de nosotros.
Seguro son mas caras, porque seguro somos mas hp de lo que creemos.
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