Siempre se ha disputado por décadas la llamada guerra de los
sexos, y siempre ninguno de los dos géneros las han ganado, lo único que han
hecho es redescubrirse el uno al otro, no podemos señalarnos porque tanto uno
como el otro son iguales en todas las cosas, la única diferencia es la
situaciones en que cada uno se encuentre, en palabras nuestras todos jodemos,
pero cada quien en su guevada, por eso veamos porque nos “amamos” tanto.
Cama
Lo pongo como primer punto en coincidencia, porque es el
lugar donde todos nos odiamos y amamos
con pasión, empecemos por los
hombres, aunque digan las mujeres que solo buscan meter y sacar, el hombre
tiene la capacidad de ser inventivo, natural y por supuesto cabron, inventan una historia la cual
les sale natural para terminar siendo entre las sabanas un completo cabron, la
mujer es en cambio esa flor llena de polen lista para ser tomada, y tiene esa ternura capaz de enredar a su
pareja, la sensualidad para matar cualquier duda y se debe decirlo la cabroneria necesaria para
crear un volcán entre los dos.
Mesa
Mantener la postura dentro de una cena, comida o como
quieran llamarlo, es algo más que un comportamiento, es una regla de educación,
pero los géneros funcionan distintos, vemos que la mujer es mas recatada en el
asunto, si le brindar un poco mas es delicada y dice “gracias, pero estoy bien”,
o el típico comentario adulador que ella misma sabe que está mal, pero lo dice
por default o sea ya está en
ella “que bonita esta la mesa, que rica
la comida”, y la verdad es que alguna envidia mal parqueada invade su cuerpo,
pero el hombre no se queda atrás es un afrentoso de naturaleza, no tiene el menor
reparo en criticar tapiñadamente lo mala que puede estar una comida, o simplemente
tener la capacidad de disolver conversaciones con cervezas en una mano y futbol
en la boca.
Farra
Somos seres celosos por naturaleza, pero cuando salimos a un
centro de diversión llámese discotecas, ese poder disminuye hasta el nivel más
bajo, puesto que nos hallamos rodeados
de mucha gente y nuestra miradas se desvían por todos los lados, no es raro
poder disfrutar de los movientes sensuales, eróticos de los demás y pasa para
ambos , la diferencia es que uno lo hace mejor que el otro; hablo de mirar y en
eso la mujer, tiene la técnica llamada “la inocente” es cuando ella se
encuentra mirando, pero al mismo tiempo abraza a su pareja y en ese momento
queda libre ella de toda sospecha , en cambio el hombre utiliza el descaro como
técnica y de frente centra sus miradas en su musa y al pedirle explicación pronuncia
la número uno entre las frases típica: “ los ojos son para ver mi amor”.
Sin lugar a dudas hombre y mujer son males necesarios que se
necesitan para coexistir, con descaro, mentiras y mucho amor.
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