Día frío, la ciudad esta cubierta por unas nubes manchadas de color grisasio, la sala suena al compás de lo que llaman "salsa erótica", una mujer desnuda esta sobre la cama de mi cuarto cual guitarra de bohemio, un vaso de cerveza y un cenicero sin usar, la computadora y la inherente historia de mi amor urbano.
La conocí varios años atrás, caminaba por las calles de esta jungla de hierro y sus caderas decidieron elegir mis ojos para ser admiradas, rostro asesino de corazones, boquita pintada de felicidad y una vanidad de exageración, suerte o maldición iba al mismo lugar que yo, mi cuerpo empezó a sentirse distinto al verla, mi corazón y por supuesto mi sexo, por primera vez llegaron a coincidir en que esa mujer debía escribir una historia en mi vida.
La vi por mucho tiempo en el mismo lugar, mi tímida cobardía me agarraba y no permitía tener contacto con ella, cobardía a la cual hoy hubiera preferido haberle hecho caso; en fin faltaban dos dias para que desaparezca de mis ojos para siempre, acostumbrado a dejar pasar las oportunidades por mi vereda la decisión de dejarla ir estaba tomada, de pronto logro entablar una conversación visual con ella y una sonrisa tan picara como angelical se dibuja en su rostro, una fuerza que solo se la puedo atribuir a mis testículos, logran que de mi boca salgan unas palabras entrecortados con un hola tan moribundo que hubiera pensado que estaba saludando a un difunto.
Después de tan vergonzosa conversación que quise entablar , me conformaba con que mire, pero su sutil cabello giro, y su boca pintada de gloria respondió a mis palabras y eso fue suficiente para encarcelarme en ella, luego de eso intercambiamos tantas historias por un rato largo, tocaba despedirnos y no sabia si darle mi mano sudorosa de los nervios, pegar mis mejilla a su rostro y poder percibir su olor frutal a edén, no lo sabia mas sin embargo no fue ninguna de ellas, solo se paro movió su mano y se despidió.
El ultimo día y mis ilusiones habían comprado deseos de amar, mi corazón se había vestido de frac y mi ojos solo podían mostrarme la imagen de ella, tanto me había costado hablarle que era una alegría que no podía contener, llegue a escribir su nombre en mi cuaderno cosas que las detestaba y ahora las hacia, pero se había demorado en llegar, seguramente era el clima, el trafico cosas así pensaba, el tiempo paso y se acabo nunca llego era el ultimo día de poder declararle que aun sin ella saberlo la ame desde el primer momento que la vi, pero no pude ese día decirle nada, nunca la vi.
El tiempo es parte de la receta para el olvido, la otra es salir con alguien mas y eso hice, un día salí a un bar y allí se encontraba ella, seguía igual de impactante como la primera vez que la vi, estaba sola y hasta ahora entiendo como se pudo acordar de mi, la cosa es que estaba frente a mi hablándome pero todo eso que alguna vez sentí, habia desparecido.
En mi cama esta ella, dibujamos nuestros cuerpos juntos toda lo noche , aunque es la misma de hace varios años, siento que es tan distinta, no es la misma...no es ella.
Anonimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario